Existe un valle en Cantabria quizás menos conocido por los turistas, ya que suelen llegar sólo hasta la cueva de El Soplao, mientras que si sigues la carretera, llegas al valle de Polaciones, una zona muy auténtica rodeada de montañas y con los verdes más increíbles que los ojos pueden soportar. Además, en otoño es un lujo contemplar los colores de los árboles a medida que pierden las hojas. A mis abuelos humanos les gusta mucho comer en el Restaurante Polaciones, en La Laguna, y para allá que fuimos. Por cierto, este lugar no deberías perderte los "langostinos de Polaciones" que son los clásicos torreznos de cerdo, fritos en el momento.
Mientras esperábamos para entrar a comer, me dediqué a ser un abusón con unas vacas tudancas que andaban por allí. El papi dice que dejaré de perseguirlas cuando alguna me meta una coz. Pero mientras tanto...
Rock&Guau!
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