Esta es la cara que se te queda cuando pasas un fin de semana muy chachi con la familia humana. Fuimos a ver la casita donde me quedaré la semana que se van los papis y la hermanita de vacaciones y me encantó porque está pegada al monte y hay un montón de gatos para ladrarlos y pelotas para mordisquearlas. Luego nos fuimos al parque Cervantes a hacer un picnic. Me encanta este parque porque tiene una rosaleda preciosa donde los perrines no podemos entrar, pero como no había nadie, estuvimos paseando por allí y viendo algunas de las rosas que quedan.
Y el domingo estuvimos comiendo en un restaurante que nos encanta a toda la familia, el Vinya Nova. Es un lugar a las faldas de Montserrat, por el lado de El Bruc y es una antigua masia que tiene muchas mesas a la sombra de sus moreras y los perrines podemos estar tranquilamente tumbados debajo de la mesa esperando a que nos caiga un poco de butifarra. Después de comer fuimos a dar un paseo por el bosque y me lo pasé bomba.
Rock&Guau!
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