Vueling: piratas del aire

Hola a todos los amigos y lectores de Walter. Soy su mami humana y me llamo María. Hoy me he colado en la web de Walter para denunciar el morro que tienen algunas compañías en el trato a los perrines. Me explico: como bien sabéis, Walter es un perro viajero y allí donde vamos, él se viene con nosotros, aunque todos los desplazamientos que hemos hecho hasta ahora han sido por carretera o barco. Por su tamaño, decidimos sacar los billetes para irnos a Tenerife para que todos pudiésemos pasar unos días de diciembre en la playa. Pero cuál es nuestra sorpresa cuando vamos al aeropuerto para comprar el transportín oficial que permite Vueling con las medidas que obligan en sus condiciones de transporte y vemos que no cabe de largo, vamos, que le tendríamos que cortar la cabeza y el pecho para que cupiese. Decidimos que en esas condiciones no era posible llevarlo, por lo que finalmente, Walter se queda en un hotel con spa para perrines y los humanos nos vamos a descansar unos días a la playa. El problema viene cuando reclamo a Vueling el reembolso del billete del perrín y me dicen que no devuelven el dinero, así que ya estoy luchando para que me devuelvan el dinero de un servicio que no se va a realizar y que no existe ninguna claúsula en las condiciones de venta que diga que no hay una devolución.
Escribo esto porque estoy harta de empresas que se denominan dogfriendly, pero que a la hora de tratar con los perrines sólo son pegas y obligaciones por parte de los dueños. Vueling es un ejemplo de ello: te cobran por llevar a perros de menos de 8 kg (incluido el transportín) encerrado, en el suelo entre tus piernas y sin poder ponértelo en el regazo ni siquiera fuera del despegue y aterrizaje, ni poder sacar un momento la cabeza durante el vuelo para que se sienta más arropado. Les recuerdo que son animales no cosas, aunque en España, si alguien mata a tu perro por accidente, te lo compensan como una cosa, no como un ser vivo. Lamentable.

PD - La foto es en Peniche, Portugal, al lado de la isla de Papôa. Estamos nostálgicos de las vacaciones, aunque preparando las siguientes.