Como lo prometido es deuda, aquí estoy en el teleférico de Les Boules de Grenoble. Al principio, tengo que reconocer que tuve un poco de miedo y mi papi me tuvo que coger en brazos para subirme a la cabina, pero cuando se cerraron las puertas, me acomodé en un asiento para disfrutar del panorama. Soy un perrín todoterreno.
Rock&Guau!
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