No hay nada más bonito que la nieve recién caída, como un manto de azúcar glas, esponjosa, fresquita... aunque también peligrosa si no conocemos la profundidad del terreno. Pero a mí me encanta correr por la nieve, restregarme, comérmela, meter el hocico bien profundo, escarbar, que me tiren bolas... Si es que soy un todoterreno.
Rock&Guau!
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