Me encanta la nieve, es tan fresquita, blanquita y moja tanto... que cada vez que vamos me emociono mucho y luego los papis me tienen que poner aloea vera en las patitas y en la pichita porque se me cuartean un poco, pero no me importa porque me lo paso perruno. Aquí estamos en la carretera de subida a Arinsal, donde nos lo pasamos genialísimo. Además, la hermanita humana tocó la nieve por primera vez y flipó tanto como yo.
Rock&Guau!
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