Ayer hacía tanto calor que la mami no sabía cómo ponerse para trabajar: pasó por su mesa, por el sofá, por la cama, hasta estuvo un rato sentada en el suelo, aunque no fuera todo ello demasiado ortodoxo. Creo que hacía como yo: buscaba la zona fresquita de la casa. Mientras tanto, aquí estaba yo para animar y vigilar que trabaja. Siempre a su lado, dando apoyo y acurrucándome entre sus piernas. Igual por eso tenía tanto calor...
Rock&Guau!
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