La sabiduría popular a veces no funciona del todo bien. Y menos aún cuando de palos se trata. Con estos calores del fin del estío, mi papi me intenta llevar a sitios donde puedo remojarme un poco y para mayor diversión, me tira palos y piñas cuando hay. Al principio me tiraba pelotas, pero cuando perdimos unas cuantas y la mami se negó a comprar más por tontos, tuvimos que agudizar el ingenio.
Rock&Guau!
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