1 sept 2016

Mary Poppins perruna

Aquí estoy de niñera de mi hermanita humana. Estábamos en el valle de Ransol, en Andorra. Mis papis humanos estaban mojándose los pies en el río heladísimo. Yo me bañé entero. ¿Quién dijo miedo?
Al principio de llegar mi hermanita humana a casa, no la acepté demasiado bien y con el cansancio que llevaban mis papis encima y la preocupación de tener un nuevo miembro en la familia humano-perruna decidieron contratar los servicios de un educador canino para solucionar mis reacciones con el bebé. Y fue milagroso para todos. Ahora sólo puedo estar agradecido y no podría vivir sin dar lametones de amor a mi hermanita. Los papis dicen que ahora soy un poco pesado con ella. Pero ella da grititos de felicidad y me llama a voces.
Rock&Guau!

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