Mientras en el resto de España se están torrando de calor, yo estoy la mar de fresquito en Santander: el cielo está encapotado, incluso me he comido una tormenta con rayos y truenos, pero no me importa porque me he bañado igualmente y no hay mejor sensación que estar sumergido en agua y que te caigan las gotas de lluvia sobre la cabeza y las orejotas. Canela fina, vaya.
Rock&Guau!
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