Aquí me tenéis dándome un refrescante chapuzón en la Ría de Mogro, un lugar en el que los perrines podemos estar tomando el sol y bañándonos con nuestros papis. El acceso no es fácil, por lo que si vas con niños y muchos bártulos puede ser un poco complicado, ya que hay que atravesar un poco de bosque y bajar por un pequeño terraplén que ya tiene la forma de tantas personas que pasan, pero con cuidado, por supuesto. Yo bajo como un loco: como tengo cuatro patas y soy pequeño...
Además es genial porque no hay corrientes fuertes aunque según la hora del día, mejor consultar la tabla de mareas ya que te puedes encontrar que o no queda playa o haya muy poca agua. A mí me da igual, dice la mami que me voy a convertir en garbanzo.
Rock&Guau!
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